Bendecirte

  

 

En algunas ocasiones, me cuesta apreciar todo lo bueno que hay a mi alrededor para sentirme más feliz. Y eso es porque he perdido, hemos perdido, la costumbre de “bendecir”.

 

Y algunas de las cosas buenas que tengo más cerca son las cualidades de mi pareja. Sin embargo, ¿te digo alguna vez lo que más me enamoró de ti? ¿te reconozco tus cualidades, en cómo se complementan con mis defectos, cómo juntos formamos un “equipo” mucho más valioso que ambos por separado?

 

Para poder “bendecirte”, tendré que dedicar más tiempo a darme cuenta de todas esas buenas cualidades tuyas y de la contribución que tienen en el crecimiento de nuestra relación de amor.

Bendecirte

Bendecir viene del latín “bene dicere”: decir bien, decir algo bueno de alguien.

 

Por tanto, cada vez que te alabo, que te reconozco una cualidad o que te muestro agradecimiento, te estoy bendiciendo.

 

Y, ¿por qué “bendecirte”?

 

En primer lugar, porque te quiero y quiero que seas feliz. Diciéndote lo que me gusta de ti te hago sentirte una persona más valiosa y especial para mí.

 

Para bendecirte tengo que fijarme en cuanto de bueno y positivo tienes tú y que en muchas ocasiones no percibo, al no tener debidamente fijos en ti los ojos de mi mente y de mi corazón, porque los tengo ocupados en mirar otras cosas, o tal vez entrenados para ver más lo negativo que lo positivo. Debo reflexionar en silencio, con verdadera quietud y calma interior, para poder reconocer y distinguir bien todas tus cualidades.

 

Y en segundo lugar, porque el reconocimiento de tus cualidades despierta en mí una sensibilidad especial que me ayuda a descubrir todo lo bueno que me envuelve. Me sirve para fomentar en mí el don de percibir que estoy rodeado de cosas positivas y poder ser más feliz.

bendecirte

Por tanto, una buena forma de amarte es decirte, todos los días en nuestro diálogo, lo que más me ha gustado hoy de ti. Con este gesto, te digo cómo valoro tus intentos por ser mejor, que me he dado cuenta de ese detalle que has tenido conmigo, o de que has cumplido aquella opción que te pusiste.

 

Siempre que sea posible, intentaré valorar actitudes, no hechos.

 

No es lo mismo “me ha gustado el guisado que has hecho, que estaba muy bueno”, que “me ha gustado que hayas decidido hacer guisado, aunque cueste más de preparar, porque sabes que es mi comida favorita”.

 

En el primer caso podría parecerte que me gustas solo cuando haces algo y, si te sale bien, mucho más. En el segundo caso, valoro tu actitud sea cual sea el resultado. Así, además de mostrarte que te quiero, te animo a que sigas creciendo.

 

Y no es lo mismo “me ha gustado el beso que me has dado”, que “me ha gustado tu esfuerzo por acercarte a mí cuando me has visto enfadado y me has dado un beso, a pesar de que te he pedido que me dejases en paz”. En el primer caso, puede que yo quiera decir lo mismo, pero no lo estoy expresando igual.

 

Reflexionar sobre lo que más me ha gustado de ti me sirve para centrarme en mi amor por ti, y me ayuda a mejorar nuestro matrimonio, consiguiendo que el resto de mi relación diaria contigo sea de verdadera cercanía.

 

Grupo CERO / Post-EM Valencia

Una respuesta a Bendecirte

  • inés mercado dice:

    ¡Felicitaciones! muy buenas las reflexiones, realmente nos llama a valorar a nuestra pareja, gracias…