Perder para ganar (1ª parte)

  

 

Cuando una pareja inicia su convivencia, cada miembro aporta sus cualidades y sus limitaciones; por tanto, de forma inconsciente se van adoptando “papeles” dentro de la relación en función de las habilidades que cada uno tiene.

 

A medida que pasa el tiempo, nos vamos afianzando en los roles adquiridos. Por simple eficacia, tendemos a hacer lo que mejor se nos da. De ese modo, alcanzamos un cierto equilibrio en el que cada uno colabora en algo y asume unas responsabilidades.

 

convivencia

 

De pronto, nos encontramos con que hay áreas de la relación donde uno de los dos “domina” la situación, mientras el otro lo hace en otras. Cuando hablamos de “áreas” nos referimos, por ejemplo, a llevar las cuentas y los gastos de la casa, a la educación de los hijos o llevarlos al médico, la planificación del fin de semana, ser el encargado habitual de hablar por teléfono, poner la lavadora o la limpieza de la casa.

 

Y no significa que el otro no “colabore” en alguna de esas áreas que el otro domina, sino que “no decide nunca”. Yo soy quién se da cuenta de que ya toca limpiar las persianas, y organizo el fin de semana próximo para que lo hagamos. Ambos colaboramos, pero yo organizo, decido,…domino.

 

Y hay que resaltar que estas “áreas” también pueden ser “emocionales” y no solo de tipo “operativo”, como mantener un clima de cercanía en nuestra relación o tomar la iniciativa en nuestras relaciones sexuales.

 

Un síntoma claro de nuestro dominio es cuando nos descubrimos diciendo frases del tipo:

“Quita, que así no vamos a terminar nunca”,

“¡Ay, si no estuviese yo aquí, no sé lo que harías!”,

“Ya estás otra vez viendo la televisión mientras yo…”,

“¡Qué bien vives! Si yo no controlase nuestras cuentas, ya nos habríamos arruinado”,

…con las que buscamos inconscientemente hacernos aún más valiosos a los ojos del otro.

 

En este “equilibrio” que alcanzamos, algo ganamos: en las áreas que dominamos nos reafirmamos en nuestra capacidad, somos protagonistas e independientes. En las que somos “inferiores”, ganamos en comodidad y nos evitamos obligaciones.

 

Pero este equilibrio aparente puede ser, a la vez, una trampa para nuestra relación. Por un lado, nos crea tensiones cada vez que a alguno le parece que el otro le invade su terreno. Y por otro, nos impide crecer como personas, porque difícilmente nos vamos a atrever a hacer algo diferente de lo que siempre hemos hecho.

 

Esto nos hace vernos limitados e incompletos y, lo que es peor, nos hace conformarnos con lo que creemos que somos, acomodándonos y perdiendo la fe en que podemos ser algo más: mejores personas y más completas, con nuevas habilidades que nos harán vernos más valiosos.

 

(Continuará…)

(Post-EM / Valencia)

 

8 respuestas a Perder para ganar (1ª parte)

  • Humberto y Mary Aldana mexico dice:

    Definitivamente somos diferentes y viva la diferencia, eso nos lo enseñó el encuentro matrimonial mundial en nuestros inicios. Ponemos nuestras cualidades al servicio del otro al mismo tiempo que nuestros comportamientos nos van llevando a ser mejores, viva el encuentro matrimonial

  • RdP dice:

    Un grandísimo abrazo para vosotros dos y mil bendiciones para Venezuela. Gracias por el comentario.

  • Jimmy y Nèlida Alvarado dice:

    Un abrazo desde Encuentro Matrimonial Venezuela, este articulo enriquece nuestra relaciòn ya que el dia a dia nos arropa y nuestra unidad y cercania es lo primero y nuestra prioridad… Gracias hermanos.

  • RdP dice:

    Muy buen comentario. Gracias, Jorge y Luz Elena. Un abrazo.

  • Jorge y Luz Elena Santacruz (México) dice:

    El Encuentro Matrimonial, nos ha ayudado a reconocer y aceptar que somos complemento uno del otro, hemos descubierto que en la mayoría de las relaciones matrimoniales, uno de los dos va por el lado de las cualidades (servicial, espontáneo) y otro por el de las capacidades (analista, organizador), es decir uno de los dos lucha por “ser” y el otro por “hacer”, cuando aceptamos nuestro rol natural o forma de ser, logramos proyectarnos y ser mejores, pero para eso hay que estar en una relación profunda como esposo, y esto es viviendo nuestra Espiritualidad Matrimonial al 100% o cuando menos luchando por vivirla, entonces de verdad que somos mucho más que dos.

  • RdP dice:

    Gracias a todos siempre por vuestros comentarios.
    Nos llenan de alegría y nos vemos “arropados”.
    Un abrazo.
    JL y Carmina

  • José Manuel y Magdalena dice:

    Gracias por vuestro trabajo. Nos ayuda a seguir poniéndonos “las pilas” tanto en nuestra relación de pareja, como en nuestra relación con la comunidad de EM. Besos.

  • Juan y Rosa dice:

    Contentos de recibir estos correos, hace que nos pongamos las pilas y mejorar nuestra relación.
    Juan y Rosa